Llegar al fondo del porqué hacemos lo que hacemos, además de claridad, nos permite encontrarle sentido a lo que hacemos.  

En un extremo, las instituciones nos limitan y en el otro, la revolución puede significar un caos peor.  Sin embargo, los problemas no deben institucionalizarse.

Por eso armamos mapas mentales, ordenamos y clasificamos lo poquito que sabemos y buscamos patrones entre lo que conocemos para entender lo nuevo. 

Ninguna presentación es una simple presentación. 

Ningún memo es una simple nota. 

Y es muy fácil echarlo a perder.

Saber qué hacer y hacerlo, son cosas muy diferentes.  

Y nuestro instinto nos dice que no hagamos nada. 

Se puede usar la cultura para cambiar a las personas y se puede usar a las personas para cambiar la cultura (ambas igual de complejas). Se pueden influir los comportamientos, se puede enseñar, se puede escuchar, se puede compartir.

Quiero producir cosas de poca calidad. También quiero consumir cosas de poca calidad.

Tomar buenas decisiones es una habilidad—y existen procesos mentales para hacerlo mejor. Aunque parezca, la mayoría de veces no controlamos nuestras decisiones.

Pero son los detalles del proyecto son los que mandan la conversación. Para participar no solo en la discusión, si no en la economía, tenemos que aprender el lenguaje de los proyectos.

El objetivo es provocar cambio. Si queremos provocar cambio, tenemos que cambiar a las personas (y eventualmente la cultura). Esa es la principal tarea de las organizaciones.

Las ideas no son predecibles, pero la forma en que adoptamos nuevas tecnologías sí. Una de las primeras teorías qué hay que conocer cuando se estudia innovación, es la forma predecible en la que los humanos adoptamos nuevas tecnologías.

Si una máquina puede hacer mi trabajo por mí, que lo haga. Seguramente lo hará mejor (en este caso, mejor significa sin cansarse y siempre igual--posiblemente hasta más barato).

La venta no siempre se hace a la primera, valen más 5 prospectos bien atendidos que 50 en el radar.

Cuando estás empezando, no ganas nada con preguntar. Si buscas validación, es demasiado tentador hacer las preguntas necesarias para obtener la respuesta que buscas.

Es posible dejar de hacer y también es posible dejar de ser. Siempre y cuando, sea una decisión personal y no una obligación, una decisión que no borre nuestra naturaleza humana.

Conocer tu propia personalidad, te da el poder de definirte a ti mismo en un espectro. Ese poder libera y al mismo tiempo te ayuda a encontrar tus fortalezas.

Las organizaciones se van transformando a través de provocaciones y proyectos. [...] Hay que pensarlos, pero no hay que vivir en el piense, ni dejar que los planes manden sobre las intenciones.

Allan Savory le ha dedicado la vida a probar cómo se pueden arreglar los ecosistemas que hemos destruido.

Seguramente no todo es perfecto y seguramente hay argumentos que se deban cuestionar. Seguramente también, su propuesta es mejor que el camino que seguimos ahorita.

Las reorganizaciones deben de enfrentarse como un proyecto de diseño.

Las reorganizaciones (o reestructuraciones) son incómodas, difíciles y costosas (y la mayoría de las veces generan conflictos). Sin embargo, una empresa que está creciendo siempre, invariablemente se está reorganizando. Siempre.