Acordarse de pedir

Desnudarse (o ponerse a uno mismo en cualquier situación vulnerable) y pedir algo, incluso ofrecer algo, es transformador. Y también es necesario para una economía en la que importan cada vez más las historias y las conexiones.

Nada más de acordarme, me provoca una sensación de entrega y humildad.

Que no se nos olvide nunca el arte de pedir (y que el arte duele).

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