Imaginar y hacer

Cada vez es más fácil visualizar lo que tenemos que hacer. Cada vez es más fácil observar, estudiar, aprender,  entender. Cada vez es más evidente que tenemos que empezar por ahí, por observar, por notar.

Después tenemos que hacer. Después de ver el camino correcto, hay que tomarlo. Y, aunque parezca obvio con tantos atajos y con tantas distracciones, esto es lo más difícil.  Es difícil cuando las tácticas se confunden con la estrategia. Es difícil cuando los equipos no están organizados o encuentran un rumbo común. Es difícil cuando el quehacer de todos los días es más una reacción que una acción pensada.

Hay organizaciones que no pueden hacer una o la otra. Hay organizaciones que no pueden hacer ninguna.  Pero hay organizaciones, poquitas, que con piense, suerte y mucho empuje, pueden hacer las dos: imaginar y hacer (por lo menos una vez).

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