Pensar en grande

Las personas pensamos dentro de los límites de nuestra imaginación. Las ideas se hacen más grandes, más agresivas, más atrevidas, cuando la burbuja de la imaginación se hace más grande. Y se hace grande a través de lo que observamos, leemos, buscamos, etc.

Pero en el día a día además—cuando nos enfrentamos a problemas específicos—tendemos a limitar la búsqueda de las ideas incluso dentro de los límites de las preguntas.

En una de mis primeras conversaciones serias sobre diseño, en un caso real, la pregunta era:

Si X empresa de productos de consumo, pide el diseño de un nuevo empaque para aumentar sus ventas—¿es correcto tomar el trabajo y diseñar el empaque?

Y después de todo el análisis, considerando hasta aspectos éticos, la respuesta fue algo como: 

Si es un problema de Diseño, necesita un nuevo empaque pero no se resuelve solamente con un nuevo empaque—hay que cuestionar qué sienten las personas con la marca ahorita y qué necesitamos que sientan; cómo compran y cómo van a comprar.

Pensar al límite de nuestra imaginación y estirar el límite de las preguntas es pensar en grande. 

Pensar en grande significa meterse a los problemas. 

Pensar en grande significa creer que podemos más, significa subir las expectativas con las que seremos evaluados, significa arriesgarse más. 

Pensar en grande, es ignorar el miedo por un momento.