Chiquito pero mejor
El tamaño (volúmen, dimensiones, etc) puede ser un número específico: la altura y el peso de una persona, el número de empleados o el nivel de facturación de una empresa, la cantidad de puertas o metros cuadrados en un aeropuerto.
Pero también puede ser un adjetivo bastante relativo: chico, mediano, grande, extra grande.
El problema empieza con las comparaciones, cuando estamos en la cancha y cuando tenemos que medir el tamaño de algo en función del tamaño de algo más (que no precisamente es una medida científica).
¿Qué importa si eres talla 4 o talla 10?
¿Qué importa si trabajas con 10 personas o con 10,000—si atiendes a 3 clientes o a 3,000?
¿Qué importa si tu casa mide 100 metros o 1,000?
Lo que importa es para qué (o, en el peor de los casos, comparado con qué). Lo que importa es hacer lo bueno y hacerlo bien. La cancha se puede escoger, e incluso esa puede cambiar.