Hasta aquí
Con el trabajo que me cuesta dejar libros empezados, esto es mucho decir. Pero nuevos caminos implican dejar los caminos andados para encontrar caminos desconocidos.
Tú eres tu peor enemigo
Eres demasiado joven, no tienes experiencia. Parpadeas, y ya se te pasó el tiempo. No conoces el lugar, el idioma, las personas o el sistema. Si no empiezas, jamás conocerás. No tienes tiempo (pero acéptalo, nunca tendrás tiempo).
Chiquito mejor
Tu equipo chiquito puede hacer cosas tan grandes como quieras, si sabes poner el juego a su favor. El chiquito casi siempre tiene más posibilidades.
Pensar y hacer
Lo difícil no es pensar, sino tomar decisiones: cuando no tenemos tiempo, cuando tenemos recursos limitados, cuando implica trabajar más, cuando están apegadas a principios más grandes.
Una tras otra
Tienes al cliente que mereces. Al jefe que mereces. Y al equipo que mereces.
Si estás aguantando al cliente, al jefe o al equipo—o si estas esperando permiso o una invitación—es tu decisión.
El derecho de equivocarte
Es necesario equivocarse para aprender, pero equivocarse no es divertido. En estos argumentos está el trabajo verdadero. El difícil. El que duele.
Piensa con el estómago
Dejarle las decisiones al instinto, no es una invitación a no pensar, sacarle la vuelta al trabajo emocional o permitir que el miedo sea el que toma la decisión.
Bye Currículum
Cada año, en enero, “actualizo” mi currículum del futuro. Como ejercicio, me ha servido para visualizar logros retadores y encontrar el camino para hacerlos realidad.