Promesas y expectativas
Puedes vender con promesas o puedes vender con la realidad.
La diferencia, además del estilo con el que nos presentamos, es la expectativa que generamos. Hay una dosis de género, y también de personalidad, que pueden acercarnos a un extremo, pero al final se reduce a la comodidad con la que podemos prometer, generar expectativas y comprometernos a cumplirlas.
Antes de juzgar ambos extremos, hay que entender que vender con promesas no significa vender mentiras y que vender con la realidad no tiene menos emoción.
Lo ideal es navegarse en el medio, entre el argumento y el encanto. Se logra con empatía y a través de conversaciones reales.
Y sí, hay que soltar el cuerpo y ser atrevidos. Hay que jugar nuestro propio juego. Hay que entender los estereotipos y jugar con ellos hasta encontrar nuestro propio estilo.