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Ser perfeccionista no es una virtud

Para un perfeccionista, nada es perfecto.

Lo más triste, es que es increíblemente difícil para un perfeccionista terminar algo. No está terminado hasta que es perfecto, y como lo perfecto no existe, realmente nunca está terminado. Lo mismo, en todos los proyectos, todos los días de tu vida.

El secreto es entender que no hay diseño perfecto, el diseño es una decisión.

Hay que decidir cuando algo es perfecto, para poder seguir.

Otra vez (porque esto es importante), decide cuando algo está terminado aún cuando no sea perfecto. Si ya sabes que no hay diseño perfecto, ¿por qué habría que ser perfecto un reporte, un brief, un producto, un proceso, un equipo o un servicio? ¿Por qué habría de ser perfecta una plática, una presentación, un artículo, hasta un tuit? ¿Por qué no habría de serlo? ¿Quién, si no es uno mismo, nos da permiso de entregar algo que no es perfecto?

Y eso está fácil, ¿Por qué habría de ser perfecto un cuerpo o una cara? ¿Por qué habría de ser perfecta una interacción o una relación?

En el fondo, a nadie le importa la perfección (si acaso es miedo). Y aunque les importara, lo que es perfecto para uno, no es perfecto para el otro. Creo que también este tema es parte de la búsqueda, de todos los días. Es inercia. Es hacerlo una y otra vez (sea o no perfecto). Es hacerlo cada vez mejor que la anterior. La forma en como entregamos todas las cosas que creamos o compartimos, es parte de un flujo de entregas y no una sola.

Entonces se acabó la perfección. Ser perfeccionista no es una virtud, es un defecto, es un límite, es una tristeza.

Una obra de arte no hace a un artista, un producto no hace a un diseñador, una clase no hace a un maestro, ni un plato hace a un chef. La escuela tampoco hace nada de eso. El trabajo constante y la entrega constante de las cosas que creamos o logramos, hacen el carrera. Esas son parte de la búsqueda.

¿Es perfecto? No. ¿Es suficiente? Tampoco. Sigue buscando.

Hay que hacer el trabajo. Hay que empezar por algo. Hay que dedicarle tiempo. ¿Podemos ser obsesivos? Si. ¿Tenemos que ser vulnerables? También. Sigue buscando.