Es posible desprenderse
No es fácil desprenderse, mucho menos de las cosas que nos han costado trabajo.
Es posible que los proyectos en los que estoy trabajando en este momento no funcionen y en algún momento tenga que desprenderme de ellos (o de algo de ellos). Es posible que tenga que desprenderme de personas, de costumbres, de ideas. Es posible que tenga que dejar mi trabajo en manos de alguien más.
El primer instinto es buscar excepciones y justificarlas, parece que hay que aferrarse a algo aunque sea un detalles.
El antídoto es la constante decisión de menos pero mejor. Nadie está arrancando nada, desprenderse no significa abandonar. Desprenderse significa liberarse. El chiste es acordarse.