La mayoría de los libros de negocios están llenos de casos y buenas prácticas, para que un líder novato los lea, se inspire y aplique las mismas formulas. Así como los recetarios están llenos de recetas y fotografías deliciosas, de esas ¿cuántas? cocinas en realidad? Y ¿cuántas te quedan como en la foto?

De leer a hacer, hay un trecho grande. Se necesitan ganas.

En The End of Competitive Advantage la autora describe que el mismo modelo estratégico para encontrar, desarrollar y explotar una ventaja competitiva, no funciona. Ahora hay que normalizar en las empresas la búsqueda constante de nuevas oportunidades y las fortalezas necesarias para la experimentación (en otras palabras, emprender dentro de las empresas).

Los casos sirven para ayudar a decidir qué hacer, no para inspirarte a hacer. Las experiencias sirven como parámetro y funcionan mejor cuando todos hablan el mismo lenguaje.

Si eres diseñador, sabes tomar estas referencias y encontrar tus propios insights. Esos valen más que los casos empresariales, pero hay que ponerse a cocinar. Cuando eres líder, sabes construir sobre los insights de tu equipo y cocinar en conjunto.

 Spoiler Alert: cada empresa es única y más aún si está trabajando específicamente en diferenciarse.