La suma de los integrantes
Las organizaciones no son la suma de sus integrantes. En equipos pequeños, es fácil identificar que:
- no todos los humanos sabemos lo mismo, no todo lo que sabemos es relevante, ni todo lo que sabemos es único.
- no todos los humanos podemos hacer lo mismo, y ciertamente no de la misma manera, por lo que no podemos limitarnos a lo que podemos ni aprovechar el máximo de nuestras posibilidades.
- y más importante, no todos los humanos queremos exactamente lo mismo.
Todos queremos muchas cosas al mismo tiempo y en diferentes proporciones. Es imposible que el 100% de nuestras intenciones (y nuestro esfuerzo) vayan al mismo tiempo, al mismo ritmo, hacia la misma dirección o con la misma fuerza.
Estamos equivocados si creemos que puede existir una sola recompensa para todos en el equipo, mucho menos en la organización. Y en consecuencia, las estrategias de motivación tienen que ser tan orgánicas como la organización (en especial una en la que los equipos evolucionan). No se puede simplificar una organización en equipos y los equipos en integrantes, es un engaño creer que sí.