Los artistas tienen algo que sanar y producen arte, y de alguna forma tienen que intercambiar eso que producen para vivir. Todos los artistas sufren. Para hacer cualquier intercambio humano de valor—cualquiera—hay que ser vulnerables. Aunque sea un poquito.

Las personas podemos ser más de una cosa a la vez. Particularmente los artistas, que viven en su complejidad, son muchas cosas al mismo tiempo. En términos de diseño, los límites entre el arte y la ciencia pueden verse medio borrosos.

No soy la única diseñadora que sufre, ni soy la única que aprecia la ciencia. Tampoco hago ambas al mismo tiempo (solo algunas veces).

Para crear algo en lo que realmente estamos involucrados, ya sea arte, diseño, o negocios, hay que dejar algo de nosotros mismos. Necesitamos conectar con otras personas, entender, compartir, ser vulnerables. Saber que vamos a poner un pedacito de lo que somos (nuestro tiempo por ejemplo) en manos de alguien más, para que decida su valor.

Vamos a pedir un intercambio, a cambio de un poco de nosotros mismos.

Esa es la diferencia de Diseñar sobre pedido y Diseñar por nuestra cuenta.