Si no me equivoco, hay un libro famoso con ese titulo que dice algo como: "identifica las restricciones y organiza toda la empresa en función de cómo resolver determinada restricción".

La verdad, en términos de ideas, es que las restricciones no son el enemigo. Las restricciones son el camino. Si dejáramos la tarea abierta: "haz algo", fuera imposible hacer algo sin saber cómo empezar. Paso 1: ¿Quiénes somos? ¿Para qué estamos aquí? ¿Cuál es el sueño?

Hay que hacer un ejercicio rápido para entender nuestra propia naturaleza, la de nuestro equipo, los recursos que tenemos y el entorno en el que trabajamos. Hay cosas en las que podemos influir y hay cosas que podemos negociar.

Luchar en contra de las restricciones desgasta el talento, los artistas necesitan motivación. Somos sensibles, y estar expuestos a los No desgasta. En lugar de No se necesita motivación. Una palmada en la espalda no alcanza, se necesita motivación personal, empuje, hambre. Aunque a la hora de probar hay que saber enfrentarse a los No, mientras se buscan ideas hay que sacarles la vuelta. No ignorarlos, encontrarlos y rodearlos. Como glorietas. Hay que encontrar las restricciones y sustituirlas porque estamos convencidos del propósito que tenemos, y también de lo que sentimos.

Todos los equipos y todas las organizaciones tienen un propósito. Las personas tenemos emociones. A las personas sentimos dolor. El dolor o el hambre, nos hace aferrarnos lo suficiente. Nos hace aguantarnos los No y nos hace aguantar el desgaste.

En resumen, ¿Cuál es la idea detrás de lo que vamos a hacer? ¿Qué recursos tenemos?

Ahora sí, a pensar en la respuesta.

Hay ideas para todo, vamos a pensar nada más en las que resuelvan cosas que sean importantes para nosotros. Aprovechando, y no sufriendo, las restricciones.

Poquitas ideas pero que duelan.