claudiayahany

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99 ideas

Sí, te reto a generar 99 ideas en 20 minutos.

El 99 impacta.

Hace unos meses hice un ejercicio como este: 99 ideas de negocio en 48 horas. No chindogus, no productos para infomerciales. 99 ideas de negocio reales, con modelos de negocio innovadores. (No es lo mismo 48 horas que 20 minutos, pero dado el nivel de desarrollo que necesitaban mis 99 ideas, podría asegurar que el terror fue el mismo).

¿El resultado?

Pánico. Claro que sentí pánico, apenas tenía 1 idea. ¿Y si no es suficiente tiempo? Parece que tengo 3 ideas. ¿Y si las ideas son malas? Bueno, 5 ideas. ¿Y si se parecen demasiado? 8 ideas. ¿Y si todas son cosas muy abstractas? 12 ideas. Pasa la mayoría del tiempo y las ideas van saliendo cada vez más lento. Hasta que, como por arte de magia, empiezan a fluir solas. Y después ya hay más de 99 y se pueden escoger.

No fue magia. Fue tanta la presión, que terminé rindiéndome ante la necesidad de generar ideas. Cuando eso pasa, las ideas empiezan a fluir por sí solas. Se te acaban los pretextos y algo se destapa. Ya no tienes tiempo para pensar en las reestricciones y las ideas fluyen.

Si no eres diseñador, al menos ríndete al proceso de Diseño.

El chiste es aflojar el cuerpo.

El chiste es reconocer, desde el principio, que somos personas creativas y tenemos la capacidad de generar alternativas.

Pero cuando tenemos 99 ideas y queremos empezar algo, después de desgastarnos en generar alternativas y queremos empezar a crear, sentimos una parálisis que parece consecuencia de nuestra inhabilidad de hacer algo.

Como seguramente muchos diseñadores, hace mucho tiempo descubrí que el problema no es generar ideas, el problema es qué hacer con tantas.

Porque demasiadas ideas paralizan.

Con tantas alternativas se pierde el enfoque o la dirección. Puedo hacer lo que sea que pueda soñar, ¿y ahora qué?

Las ideas se vuelven en la manzana prohibida. Algunas son tan encantadoras que hacen que nos centremos en la idea y dejemos de pensar en el propósito. Dejamos incluso de generar más alternativas diferentes.

Algunas ideas nos llevan a otras ideas. Siguen fluyendo más ideas. Y más ideas. Todas parecidas. Creemos que en realidad todas son "partes" de una misma idea. Luego queremos hacerlas todas y el problema es que no hay tiempo, o no hay personas o los recursos no alcanzan.

Las ideas nos comen y en algún momento empiezan a decidir por nosotros.

¿Quiénes somos? ¿Para qué estamos aquí? ¿Cuál es el sueño?

¿Qué recursos tenemos? ¿Qué cosas podemos influenciar? ¿Qué cosas sí podemos cambiar?

¿Qué pasa si nosotros mismos enfocamos el flujo de ideas? ¿Qué pasa si dejamos de pensar en la respuesta y nos contentamos en contestar la pregunta?

Hay que tener ideas, pero no hay que vivir de las ideas. Hay que hacer.

Las oportunidades son infinitas, pero al principio no se necesitan ideas. Para empezar, se necesita un problema.

La creatividad es un súper poder. Es una habilidad que hay que saber cuando nutrir y cuando dejar libre. Hay mucho que hacer, de muchas formas diferentes y para muchos usuarios diferentes. Lo que no es posible, es estar en una etapa constante de generación de ideas si no sabemos ¿para qué?