Emprender es empezar
Emprender es empezar. Tan sencillo como eso. Sobrevivir es el instinto más básico del ser humano y la mayoría de las veces, para sobrevivir hay que evolucionar. En otras palabras, para sobrevivir hay que cambiar. Y cuando en realidad tenemos la necesidad de cambiar algo, no hay más que emprender.
Se podría pensar que emprender suena a "planes de negocio", abrir una empresa o si bien nos va, nos puede recordar alguna StartUp tecnológica. Pocas veces nos recuerda el sudor en la cara y el cansancio mental de quien está haciendo todo lo posible por empujar algo. Eso es emprender.
Hay muchas habilidades que pueden hacer el camino más sencillo. Sin duda. Hay muchos estilos de personalidad a los que parece que "les viene mejor" el emprendimiento. Seguro un líder carismático y con bonita sonrisa. Lo malo de este estereotipo, es que para todos los que estamos afuera de esta etiqueta, nos parece una actividad completamente inalcanzable (o peor aún, irrelevante). Como cuando yo decía que "no sabía vender".
Hay personas que toda la vida les dicen "eres creativo", terminan creyéndolo y, por que lo creen, son (gracias a los que me etiquetaron así). A esos líderes carismáticos también siempre les dicen lo mismo. Que triste estar del otro lado del carisma.
Sólo se necesitan ganas.
Si algo falta: empieza por creértela, diseña la historia de tu vida, defiende tu lado idealista de forma pragmática, empieza a pensar de forma estratégica para que puedas hacer que las cosas sucedan, conecta tus propósitos con tu visión para que puedas trabajar de forma incansable y entiende el ecosistema en el que vives, en el que quieres vivir y el que quieres crear.