Clases para emprender:
¿Cómo Tener Ideas?

Hace unos años tuve una de las mejores experiencias de aprendizaje que he vivido (no precisamente sobre emprendimiento). Me dejé llevar y confié en el proceso. Tomé este formato como la base para mostrarles a otros la forma más auténtica que conozco para emprender proyectos.

No necesitas experiencia para empezar, empezar te da experiencia.

Los recursos ya existen, muchos son gratis y están en internet. El conocimiento es público. Hay más de cada cosa, éstas solo son las puntas de muchos icebergs y el trabajo de muchos investigadores, emprendedores y artistas. Cada una puede tomar años de aprendizaje. Algunas ideas pueden volver a surgir después.

Lo único que hice fue curar los recursos de los que más he aprendido, ordenarlos e intentar darles sentido como si fuera un solo camino (pero nunca es un solo camino).

No es necesario saber todo. No puedes saber todo. Si quieres saberlo antes de empezar algo, quieres empezar por el lugar equivocado. Y porque es imposible saberlo todo, más vale que entiendas el panorama y decidas por dónde empezar y qué es lo que hay que aprender más.

1.

Antes de empezar cualquier camino hacia cualquier lugar, incluso antes de decidir quedarse en el mismo lugar hay que ser capaces de de prestar atención (y ser receptivos sin juzgar). Se necesita ser fluido, vulnerable, abierto, dispuesto y consciente. Bien fácil.

El conocimiento no es lineal, ni siquiera intentaré simplificarlo. Las instrucciones son vagas a propósito.

Las oportunidades son infinitas

No podemos saber cuál es la mejor idea si no tenemos muchas ideas.

Escoge una industria. Algo que te guste, que te llame la atención o que conozcas. Si no eres un experto en la industria, conviértete en uno. ¿Quiénes son los jugadores importantes? ¿Quiénes son los clientes? ¿Cuáles son las marcas nuevas? ¿En dónde está el valor? ¿Cómo está cambiando?

Vamos a detectar necesidades y desarrollar un producto en esta industria. Pero primero, vamos a dejar que fluyan las ideas.

Voy a empezar con lo fácil. Lo primero que las personas piensan de un diseñador, es "se les ocurren muchas ideas". Y sí, se puede decir que los diseñadores tienen la capacidad de generar muchas ideas muy fácil.

Idear.
Formar en la mente la idea de algo, especialmente si sirve par resolver un problema o como punto de partida para un proyecto o un plan. No es lo mismo que Creatividad (crear), Innovación (crear valor de forma diferente), Estrategia (plan) o Diseño (tomar decisiones).

Creatividad es crear. La diferencia principal entre creatividad e innovación, es que la innovación tiene un propósito definido y la creatividad significa destapar la imaginación descontrolada. Creatividad es generar muchas ideas, buenas y malas, así sea viendo escenarios desde diferentes puntos de vista, descubriendo patrones o generando nuevas conexiones entre ideas existentes.

Suponiendo que nos consideramos personas creativas, después de entrenar los músculos, la generación de ideas se vuelve sumamente fácil. Y, aunque creatividad e innovación no es lo mismo, la creatividad es una característica del proceso con el que se logran las innovaciones.

En pocas palabras, la creatividad es flujo y es cantidad. No podemos tener UNA idea creativa. Tenemos que tener muchas ideas.

Los seres humanos somos personas creativas por naturaleza. Hay personas que parece que tienen la mente lo suficientemente entrenada para generar ideas. Hay tres verdades:

  1. Las ideas son en realidad conexiones que hacen las personas en la mente, y para conectar dos o más cosas, se necesita TENER cosas. Es decir, mientras más material tengamos en la mente es más fácil hacer conexiones complejas y tener ideas que aparentemente nadie más tiene. Para tener ideas hay que leer, hay que ver las noticias, hay que aprender otras historias, hay que conocer otras personas. Hay que tener los ojos abiertos siempre. Ya. Desde este momento.

  2. No se aprende cómo tener ideas. Se aprende a no prejuzgar las ideas que tenemos y matarlas antes de que salgan a la luz. Hay que saber desaprender los patrones que ya sabemos, para liberarnos de las cosas que conocemos y buscar alternativas nuevas. No se pueden tener ideas locas, sin atreverse a tener ideas diferentes a lo que parece normal.

  3. Cuando las personas se creen creativas, son. David Kelley es experto en esto y dice que la confianza creativa (la habilidad para creerse creativos) se puede desarrollar. Estoy en contra de las etiquetas y los estereotipos, pero este es un excelente estereotipo. Si te adueñas y crees la etiqueta de personas creativa, generar ideas será demasiado fácil.

Es necesario producir. Queremos cantidad. Aprovecha la oportunidad para aprender a hacer Brainstorimig como los profesionales.

Antes de empezar a gritar ideas tomar en cuenta tres cosas. No diré que son pasos para hacer una lluvia de ideas. Ni siquiera voy a describir una lluvia de ideas, ya hay muchos libros al respecto. Estos son consejos de guerra:

  • El silencio es un súper poder (como la creatividad). No se escucha para contestar, se escucha para aprender. Cuando escuchas, entiendes. Y en el silencio, la mente trabaja sola. Escribe las ideas, todas. Que fluyan. Además, si es que trabajas en equipos, con el silencio te aseguras que ninguna idea se va a quedar en la mente de alguien o que ninguna idea (de las primeras regularmente) va a mandar al resto de las ideas. No todas las personas funcionamos iguales, es mejor trabajar de forma individual y regresar a compartir. Por eso las paredes con Post-It se hicieron famosas.

  • Aprender a organizar las ideas cambió mi vida. Hay ideas locas e ideas muy sencillas. Las buenas ideas son las que implican trabajo pero son alcanzables. Las ideas locas, hay que tratarlas con cuidado y no empezar a trabajar en ellas hasta que no tengamos claro al menos un camino. Las ideas locas son sueños casi inalcanzables. Las ideas sencillas son demasiado obvias, no necesitamos mucho para resolverlas (o al menos probarlas) en este momento, además muchas veces resuelven problemas que simplemente hacen ruido y nos hacen perder el enfoque. Las buenas ideas son las del medio, las que reúnen muchas ideas sencillas y las que nos acercan a los sueños. Para escoger las buenas ideas, hay que tomar en cuenta el criterio de todas las personas (y si es en silencio, mejor). Hay que escribirlas todas, describirlas y después (también en silencio) opinar sobre ellas hasta encontrar patrones.

  • Es necesario ponerse de acuerdo. De preferencia, antes de imaginarse la primera idea, hay que saber para qué y para quién. Las verdades las vamos a descubrir en el camino, pero el propósito de nuestro trabajo difícilmente cambia durante una sesión para generar ideas. Además, si este es un trabajo en equipo, hay que poner reglas antes de empezar.

Escribe 99 ideas de negocio.

Hay que aguantarse los No

Hay dos tipos de NO.

Siempre que queremos empezar un proyecto, vender una idea o hacer un cambio, encontraremos personas (a veces muchas) que se van a asegurar de que no logremos el sueño. Hay muchas formas de escabullirnos con nuestro objetivo (aprenderemos unas cuantas en el camino). Pero lo primero que hay que aprender es a aguantarnos los NO. A resistirlos. A verlos como una etapa en el camino y no la destrucción total de nuestros sueños. A que nos tumben y levantarnos. 

A estos NO, podemos aprender a identificarlos y destruirlos. A estos NO, podemos aprender a sacarles la vuelta. Ve este TEDx de Jia Jiang. Se llama resiliencia.

Por otro lado, saber qué hacer y cómo hacer las cosas es muy diferente a hacer las cosas. Es la historia que nos contamos a nosotros mismos lo que define lo que hacemos.

El NO más peligroso entonces, es el NO que nos contamos nosotros mismos. Nosotros saboteamos nuestros proyectos con nuestro miedo y con nuestro lizard brain (ve este video de Seth Godin). Se llama resistencia.

Hay que poner nuestro arte en la calle.

Sal a que te digan que NO sin que te de miedo.

La palabra clave es empatía.

Todos creemos que sabemos y andamos por la vida acarreando nuestras experiencias, entendimiento y conocimiento. Desde el punto de vista de diseño, todo este aprendizaje es importante siempre que se use en el momento correcto y con la intención correcta. Todos tus suposiciones pueden ser estereotipos y conceptos equivocados. Incluso, pueden limitar tu capacidad de conectar con la realidad.

Actúa como que no sabes nada, para que te enfrentes a la realidad con ojos frescos y guarda tus experiencias para generar ideas en el momento adecuado. Cuestiona todo, no juzgues, sé realmente curioso, encuentra patrones y escucha (de verdad).

Para todo diseñador, la palabra clave es empatía. El usuario está en el centro de la toma de decisiones y para eso, hay que conocerlo.

Si quieres entender los pensamientos, emociones, motivaciones y sobretodo las "intenciones inconfesables" de los usuarios, hay que empezar por la empatía. Entender las decisiones y comportamientos de una persona, es la manera más fácil de detectar necesidades y diseñar en función de las necesidades. Asume la actitud de un viajero.

Pregunta, busca historias y excepciones, identifica inconsistencias, pon atención a lo que no se dice, no le saques al silencio, no te adelantes a las respuestas, se imparcial, captura las respuestas.

IDEO tiene un proceso definido bastante claro. Para ellos, este proceso es la base de la metodología Design Thinking y puedes aprender más usando estos recursos de d.school (aunque en realidad Design Thinking es mucho más complejo que eso, después platicamos).

Profundiza tu experiencia en la industria que escogiste.

Nota necesidades relevantes. Aprende a utilizar un Empathy Map y vacía toda tu información. En papel, es más fácil identificar patrones. (Busca la herramienta en el primer libro de Osterwalder o en las publicaciones de Design Thinking de d.School en Internet).

2.

¿Para quién trabajamos?

Por favor no intentes definir un segmento de clientes como: “hombres y mujeres de 20 a 35 años de edad”. No vivimos en segmentos, vivimos en tribus.

Aunque parezca que vivimos en una burbuja, el mundo real es diverso. Hasta este punto, con nuestros conocimientos de la industria, debemos ser capaces de identificar quiénes tienen un problema (nuestra oportunidad) y quiénes están dispuestos a pagar por resolver ese problema. En otras palabras, quienes son nuestros usuarios y quienes son nuestros clientes.

Tú eres usuario de Google y posiblemente de Facebook también. ¿Has pagado algo? Si, y sólo si, has usado tu tarjeta de crédito en alguno de esos servicios, también eres su cliente. ¿Usas Spotify o pagas por su servicio?

No puedes empezar algo que no sabes para quién es, quién se va a beneficiar de tu proyecto y quién va a pagar por él.

Lee poquito sobre modelos de negocio.

Una vez aclarado este punto. Prepárate para conocer a fondo a tus clientes y usuarios. En este momento, una encuesta en línea (que seguro contestaran tus amigos) no sirve para nada.

Revisa este blog post sobre el Value Proposition Canvas (fue la base del libro Value Proposition Design). Concéntrate en el círculo del cliente, nada de lo demás importa (por ahora).

Las personas no compran taladros, compran perforaciones. Clayton Christensen fue (creo) de los primeros que habló de Jobs to be Done y aunque sus libros se inclinan mucho a la innovación tecnológica; el concepto JTBD es clave para la entender porqué nos relacionamos con los productos y cómo los productos nos resuelven ALGO.

Observa de forma insaciable y atrévete a hacer entrevistas profundas. Toma nota. Haz mapas mentales. Usa tu arsenal de herramientas que comúnmente pasan desapercibidas.

Describe a profundidad a tu cliente y tu usuario.

Podrías crear una Persona o utilizar una persona real. Para cualquiera de las dos, tuviste que hacer una investigación tan profunda que lograste saber algo de ellos que nadie más sabe (a lo mejor ni ellos mismos).

¿En dónde estamos parados?

Hay que posicionarse para servir, hay que posicionarse para ser motivo de culto.

Aquí dicen por qué 1984 no será como 1984. Aquí pretenden destruir el sistema, liberar a las masas y revolucionar el futuro:

Los humanos necesitamos sentido, propósito y comunidad (que no es lo mismo que una lavada de cerebro). Y para crear comunidades, deberíamos de aprender de los cultos.

Te recomiendo The Culting Of Brands, de Douglas Atkin.

Menos pero mejor. Lo que queremos es diferenciarnos. Estamos empezando algo que será parte de una industria. Por un lado, es más fácil que al principio las personas puedan compararnos con otras alternativas para entendernos (mientras entrenamos a los usuarios) y por otro, hay que hacer muy evidentes las diferencias entre lo que hacemos y lo que ya existe.

Lo mismo, pero diferente (no importa si ya hay un gigante en la industria). Los grandes y poderosos no siempre son invencibles (aunque lo parezcan) y los underdogs no son tan inofensivos (si son consientes de sus habilidades).

Pero, aunque hay que posicionarse para servir, no te confundas: una estrategia de posicionamiento no te hace memorable, las cosas son memorables porque las personas así las reconocen.

 ¿Te sabes la historia de Purple Cow? Deberías, si es que te interesa desarrollar productos memorables. Una vez seguros los clientes y sus comportamientos, encontrar un Purple Cow debería ser menos complicado.

No llenes tu idea de características que son innecesarias para el JTBD. Estamos desarrollando un nuevo producto/servicio, no un Frankestein. Tienes un solo problema que resolver y si no lo resuelves bien, no tiene sentido lo demás.

¿Google sin buscador? ¿Netflix sin películas? ¿Un iPhone que no hace llamadas? Tendrías que estar muy seguro de la respuesta a la pregunta: ¿en dónde estás parado?

Empieza por dibujar un XY Chart de tu proyecto.

¿Quién trabaja para nosotros?

Si no estás listo para servir, vuelve a leer sobre Design Thinking, especialmente a Jon Kolko—porque no se trata e empatía, si no de entendimiento.

Ya seleccionaste la cancha en la que quieres jugar. Ya conoces quién es tu jefe. Ahora edúcalo.

¿Cuál es el cambio que quieres crear? ¿Cuál es el comportamiento que quieres cambiar?

¿Te acuerdas del Primer iPod Touch? (Si sí, ya necesitas colágeno). Cuando lanzaron el primer iPod Touch, Steve Jobs ya sabía que quería lanzar un iPad. También sabía que el futuro de la computación eran los dispositivos móviles.

¿Cuál era el plan? Ya tenían un producto exitoso (el iPod) y lo utilizarían para enseñarte a comprar Apps. ¿Te imaginas a los humanos del 2006 hablando de Apps? Facebook no existía todavía y yo aún usaba una Palm para organizar mis tareas.

Revisa este artículo de Michael Schrage (su libro cuesta menos de 3 dólares).

Hay que intentar entender, en diferentes niveles: ¿Qué tipo de plataforma vas a crear? ¿Qué necesitas que hagan tus usuarios? ¿Cuáles son los pasos para lograrlo?

¿Cuál es la Propuesta de Valor?

No todas las personas somos iguales. Cada una encuentra felicidad en diferentes salsas de tomate(aunque digan lo contrario).

Hay que encontrar una tribu y un producto que hagan match. (Compra el libro, está bueno)

En parte, Osterwalder basa su metodología en The Lean StartUp, que a su vez toma muchos conceptos de innovación tecnología y cómo acelerar el desarrollo de productos basados en el aprendizaje de los clientes. Revisa este vídeo de Eric Ries y los principios de su metodología.

Usa todos los recursos que tienes hasta ahorita, para diseñar un Minimum Viable Product.

Es hora de que reunamos todo lo que llevamos hasta ahorita, en una sola idea. Saca las servilletas. Categoriza las ideas. No olvides las ideas más locas, son el sueño, de alguna forma u otra, para allá vamos. No olvides las ideas más básicas, es posible que sean necesarias, total son las más fáciles. Concéntrate en las ideas del medio, las diferentes, las atrevidas.

Imagina un Value Proposition que responda a tu cliente.

Escríbelo. Solo uno. El mejor. ¿Qué vendes? ¿Cómo funciona? y ¿Por qué es memorable? No está tan fácil.